La aparición del cannabis de cultivo nacional, la denominada nederwiet (hierba holandesa), ha dado un vuelco al pragmatismo que ha regulado desde 1976 las drogas blandas en el país. Con una política de información, prevención, tratamiento y control del daño causado por los narcóticos, ese año fue despenalizada la venta y consumo de cannabis. Poco después surgieron los famosos coffeeshops, el establecimiento hostelero made in Holland por excelencia. Libres de alcohol y tragaperras, dentro puede adquirirse y fumar hasta cinco gramos de marihuana. Fuertemente regulados para evitar la venta a menores, hay 650 en todo el país. Sobre el papel, la decisión del legislador de separar así el mercado de drogas blandas y duras parecía funcionar. Sin aumentar el consumo, la venta tolerada de marihuana evitaba que el comprador acabara en el mercado negro. La nederwiet ha cambiado las cosas. Ampliar noticia: EL PAÍS
No hay comentarios:
Publicar un comentario